En
un mar lejano, un barco pirata llamado “El Despistado” navegaba
rumbo a la Isla Perdida, donde pensaban esconder el tesoro que habían
conseguido robando al pirata Atontado.
Cuando
llegaron a la Isla Perdida, buscaron un lugar muy escondido e
hicieron un gran agujero para enterrar su tesoro. Una vez enterrado,
el barco pirata zarpó rumbo a los Siete Mares.
Cuando
estaban en alta mar, el Capitán García preguntó a la tripulación
quién había dibujado el mapa del tesoro, para poder encontrarlo el
día que volvieran a buscarlo. Los piratas se miraron entre ellos y
se dieron cuenta de que se les había olvidado, nadie había dibujado
el mapa. El capitán se enfado mucho y decidió volver a la isla a
buscar el tesoro.
Durante
días, meses e incluso años, estuvieron buscando el tesoro y no lo
encontraban.
Hasta
que por fin, un día, después de muchos, muchos años, encontraron
su tesoro. Una vez desenterrado se repartieron el dinero y muy
contentos zarparon hacia el pueblo más próximo para gastárselo.
Cuando
llegaron al pueblo, el pirata Ojoloco fue a comparse un parche nuevo;
el Capitán García quería una batería; el pirata Gruñón quiso
comprarse una caja de la risa; el pirata Sinamigos quiso comprarse un
loro para tener alguien con quien hablar y el pirata Paticorto fue a
comprarse unos zapatos de tacón.
Pero...
cuando fueron a pagar nadie aceptó su dinero, ya que era muy antiguo
y no servía. Los piratas acabaron tan tristes que decidieron dejar
su vida de piratas y montaron una frutería.
Los alumnos de Tercero B
Los alumnos de Tercero B
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